jueves, 21 de febrero de 2019

Seminario “De un Otro al otro”, 3ra sesión 27/11/68, “Topología del Otro”


Hay una relación topológica entre el saber y el goce. (pág.41)

El goce constituye la sustancia de todo lo que hablamos en psicoanálisis.
El goce nos permite introducir la función propiamente estructural del plus de gozar.
El plus de gozar presenta una relación homológica con la plusvalía marxista y todo lo que se enuncia en relación a este concepto gira en torno de la función del objeto a. (pág. 41)

El objeto a es efecto del discurso analítico. (pág. 42)
El analista es un síntoma de la transformación, en cierto momento de la historia, de las relaciones entre el saber y el goce. (pág. 42)

Lo que enuncio del sujeto como efecto del discurso, excluye que el mío se vuelva sistema. (pág. 43)
El discurso matemático pretende suturar la cuestión del deseo (y el sujeto). En el discurso analítico, por el contrario, se trata de dar plena presencia a la función del sujeto como lo que es falla. (pág. 44)
La determinación del sujeto se fundamenta en el hecho de que un significante lo representa para otro significante. El sujeto depende del significante en su conexión más simple, la de un significante 1 con un significante 2. (pág. 44)
Esta relación tendrá ecos de lo que ocurre en lógica, en la teoría de conjuntos, con el par ordenado. (pág. 45)

Intenté construir mi discurso en su relación fundamental con el saber, apelando al grafo. (pág. 45)
El primer esbozo del grafo tiene por función inscribir lo que ocurre con la cadena significante, en la medida en que ésta se corta a partir del futuro anterior que la determina (retroacción). El querer decir encuentra su fin en el corte del discurso. (pág. 46)
El círculo del discurso, en su estructura, se redobla en dos pisos a partir de la función del A (código, función estructural) que introduce la pregunta por el deseo ¿qué quiere el Otro? (pág. 48)
Esta interrogación por el deseo del Otro es resorte de identificaciones imaginarias, como el fantasma ($ a ) (ppág. 50)
En A ya está contenida la primera articulación de lo que ocurre con la función significante en la medida que determina al sujeto, a saber, la relación del significante 1, S1, con esta forma mínima que llamé el par ordenado (S1-- S2)
Este otro significante, S2, representa, en esta conexión radical, el Saber, en la medida en que es el término opaco donde se pierde el sujeto mismo, o incluso donde se extingue, lo que subrayé desde siempre con el uso del término fading. En esta génesis subjetiva, el saber se presenta al comienzo como el término donde se extingue el sujeto. (pág. 50)

Este es el sentido de lo que Freud designa como Urverdrangung. Esta represión llamada originaria es sólo una represión supuesta, como un núcleo fuera del alcance del sujeto, siendo sin embargo saber. Esto es lo que significa la noción de represión primaria, en la medida en que permite que toda una cadena significante se le acople, implicando este enigma, esta verdadera contradicción in adjecto que es el sujeto como inconsciente. (pág.. 50)

La teoría de conjuntos nos permite formalizar la relación de conexión significante que representa al sujeto. (pág. 51)

Considerar como una clase a todos los elementos de tal conexión, entraña una paradoja. (pág. 52)
Pondremos S como significante y tomaremos como el otro significante al A.
S--->A
Si llamamos a A el lugar o tesoro de los significantes, nos encontramos ante lo siguiente: ¿qué ocurre al plantear como significante de una relación un significante que interviene en esa relación misma?
Si en la definición del significante interviene la alteridad del otro significante ¿puede formalizarse el hecho de capturar con éste significante mismo, A, la relación (S->A)? (pág. 52)
 

Pero nosotros tenemos con el Otro una relación de demanda.
Por el hecho de la demanda al Otro, surge que el Otro ya contiene de alguna manera todo eso de lo cual ésta se articula. Por eso pregunto si este Otro puede plantearse o no como un código cerrado, en el que el discurso se instituya sin falla y se totalice. (pág. 53)

Entonces tenemos que el A que figura en la relación (S--<A) es idéntico al A que designa este mismo conjunto: A-> (S-->A)
A partir de este proceso, se produce una repetición indefinida de S y un retroceso del A que no se puede detener:
A->(S->(S->A))
Se trata de la inasibilidad del A como tal. De esta inasibilidad hicimos el lugar de la represión primaria. (pág. 54)

El A tiene en sí esta falla. En la medida en que el sujeto está suspendido del lugar del Otro, es importante saber que aquello que lo garantizaría, ES UN LUGAR AGUJEREADO. (pág. 54)
Esta estructura no es otra que el objeto a, en la medida en que El OBJETO a ES EL AGUJERO QUE SE DESIGNA EN EL LUGAR DEL OTRO cuando se lo examina en su relación con el sujeto. (pág. 55)

Todo discurso que se plantee fundado en la relación del otro significante es imposible de totalizar. (pág. 55)

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